martes, 13 de marzo de 2012

FRATERNITATIS (Para nuestros Hermanos Trompeteros)

El afecto y el vínculo entre hermanos es una convicción personal, es una creencia y una actitud moral que se desarrolla de forma individual con respecto al otro. La fraternidad es sinónimo de amistad, camaradería y HERMANDAD.

Amor, fe y esperanza se necesitan y se dan recíprocamente en la fraternidad, en tanto, si ésta es lo que dice ser; la suma de actitud, lealtad, equidad, benevolencia y generosidad mutua, todo ello sostenido por el espíritu, la verdad y la realidad del ser humano. Y se construye desde la fe a Nuestro Padre.

La responsabilidad que tenemos (todos) es mantener viva la HERMANDAD, darle vigor y razón de ser, desde la libertad, la unidad y la confraternidad, con una disposición positiva de trabajo.

No debemos de olvidar que la verdad es la verdad, única, imperturbable, inalterable, impasible… y que nadie la tiene para si. Nosotros, como hijos de Nuestro Padre, tenemos que hacerla prevalecer por encima de cualquier circunstancia…

Al mismo tiempo, tampoco debemos caer en el error de considerarnos mejores que los demás. Simplemente, tenemos que ser NAZARENOS. Con nuestros defectos y nuestras virtudes, y no pretender hacer lo que le corresponde a Nuestro Padre, juzgar a los hombres.

Prudencia en las palabras y en las obras es virtud que nos debe acompañar a lo largo de nuestras vidas, tratando de cultivar la voluntad y la inteligencia, la imaginación y los sentidos, huyendo del enredo y de la soplonería. Es más fácil chillar, pero es más eficaz perseverar en el esfuerzo común y fraternal por y para nuestra HERMANDAD.

Así pues, os requiero para que vuestras trompetas, ahora más que nunca, lancen al viento sus voces roncas y lastimeras, y nos demuestren, una vez más, para qué fueron creadas…

¿Estamos?..¡Arriba!

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