¡Esta Banda tiene alma!...

Se aproxima la Cuaresma de 2012, y nuestra querida "Banda Grande" redobla sus esfuerzos para acompañar a nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Madre, María Santísima del Mayor Dolor y a su Apóstol predilecto, en su devenir por las calles de Linares.

Ya queda poco tiempo para escuchar el sonido ronco y desgarrado lanzado al viento de la "Madrugá", por nuestros muy queridos hermanos Trompeteros. Allá irá la Banda, fiel a su cita con vosotros, tocando la marcha Triunfal de Aída. En ese encuentro, presenciado por multitud de Linarenses , y por cada vez más foráneos, se simbolizará el abrazo verdadero, sentido y fraternal de hermanos Nazarenos. Juntos anunciaremos a los 4 vientos la inminencia de la salida de Nuestro Padre Jesús de su Templo para realizar su estación de penitencia, alentado por el cariño de su amado pueblo.

Ahí perdura nuestra Banda, inamovible en el tiempo, tan especial en nuestra Cofradía, tan especial en nuestra Semana Santa, tan especial entre las Bandas... Tan querida, tan odiada, tan esperada, tan admirada, tan incomprendida...

Y avanzará la madrugada, y la multitud se hará silencio, y el fervor se tornará en frío y soledad, pero la "Banda Grande" nunca decae en su ánimo y los corazones de sus componentes sincronizan su ritmo al del paso lento y cadencioso marcado por el metrónomo de nuestra inigualable percusión. Marchas y sones conseguidos a base de trabajo, tardes de frío, tesón, y sobre todo, cariño, mucho cariño a nuestros titulares, rompen el silencio del amanecer sobre calles desiertas y balcones plagados de pijamas. Marchas poderosas interpretadas para el Rey y la Reina de Linares que preceden a tan humilde séquito.

Aparecen las primeras luces y las calles de Linares empiezan a bullir de gentes esperando la Bendición de Nuestro Padre Jesús. Las sombras y claroscuros se tornan color, y el color se hace morado intenso, y mezclan los blancos y verdes y reluce el oro de tu escudo. Se apagan los pabilos y el tercio de tu Apostol predilecto toma protagonismo con la llegada de los más pequeños, que vienen a su casa, para acompañar a su Padre con su joven ilusión.

¡ Ya sí, hermanos... !, ¡ Esto se acaba... !. En la Banda se cruzan miradas cómplices atisbando el final del Calvario de nuestro Padre, y como si por voluntad tácita se tratase, nuestra música se hace, si cabe, más poderosa y sentida, percibiéndose una emoción única que envuelve al colectivo. Es una sensación indescriptible e inigualable. Tan sólo los más antiguos somos conocedores que algo muy especial ocurre todos los Viernes Santos, y que hace que este colectivo sea diferente y especial sólo ese día ¡¡ Esta es la Banda del Nazareno en estado puro...!! no la busquéis en ningún otro momento. Este sentimiento es enormemente reconfortante para los más veteranos y terriblemente cautivador para los más noveles...

Decididamente, ¡ Sí ! queridos hermanos... ¡¡¡ Esta Banda tiene ALMA...!!! y su alma reside en el amor a nuestros titulares. Amor que año tras año renovamos en tu Calvario y que alimentamos en solitarias visitas a tu Franciscano Templo.

Sea pues, este, un año más...

¡¡ Viva el Nazareno !!
¡¡ Viva la banda del Nazareno !!