jueves, 9 de febrero de 2012

Tradición Nazarena...


Apenas son las dos de la madrugada.

Una falsa tranquilidad merodea por las bocacalles de un pueblo que se prepara íntimamente para encararse a Dios. La muchedumbre aún espera. Las masas todavía permanecen moderadas. Pronto, muy pronto, las riadas de gentes se harán presentes en tu plaza a la que acudirán por los cuatro costados a tu franciscano templo. Mientras tanto, los gentiles recelan, los fariseos critican y murmuran y los injustos, simplemente duermen.

Y a esa hora, en varias decenas de hogares nazarenos, en silencio, con firmeza, con devoción y con fe, comienza el ritual.

Los músicos cofrades se preparan para su estación de penitencia. Instrumentos de oro y plata brillarán como el sol. Son cuidados y afinados con mimo y con un temple casi como de enamorado. Partituras enfundadas que se convierten en una oración sincera y devota.

¡¡Tambores, cajas y timbales, bombos y platos, trompetas, trombones, flautas y clarinetes, bombardinos, saxofones, trompas y flautines, tubas, lira...todo está preparado!!

Y por fin llega la hora. Los instrumentos...afinados. Las filas...formadas. Las partituras...preparadas, y... ¡silencio! De pronto se oye una potente voz desde las filas de atrás: ¡abajo el caperuz !

Es mi amigo Cacos, el cariñoso "epiléptico", quien con sus privilegiadas e imposibles manos de goma, parece que sostiene tres baquetas en cada una, nos está dando la orden de marcha.

Ahora sí. ¡¡ ya suena el Himno de la madrugada de mi Linares, Aída". Siempre es la primera marcha, y ahora sí que los corazones y la sangre ya no laten ni corren, sino que vuelan hacia las Ocho puertas donde ha de producirse nuestro querido y emotivo "encuentro".

La gente ya lo sabe. Y aguarda en el corazón de Linares donde nos espera nuestro querido e inmemorial Tercio de Trompeteros que nos recibe con toque de media floreada a la par que la "banda grande" le responde con nuestro himno Aída. Ópera y quejío de trompetas entrelazados al viento. ¡¡Es imposible pedir más!!

Majestuosa y entera va la banda desfilando por Peral. Allá a lo lejos nos saluda el predilecto de Dios, sus jóvenes costaleras lo han sacado ya y espera la salida del Maestro. Una marea de gente nos sigue, incluso va marcando nuestro paso. Llegamos a la plaza de San Francisco. ¿Realmente llegamos?, claro que no. A duras penas nos aproximamos y nos apretamos filas con fila para mantenernos formando un bloque ¿inexpugnable? Sólo unos minutos más tarde, el gentío nos asalta y comparte literal y físicamente todas las filas de la banda.

De pronto se apagan las luces, la plaza queda en tinieblas y un nervioso murmullo se apodera de las gentes. Son las cuatro en punto de la madrugada, y en medio del gentío se oye una voz:

¡¡ Abrid la puerta a Jesús Nazareno !!

Poco a poco se asoma la figura imponente del Señor de Linares. Se contiene el aliento y aparece por fin, y se hace verdad la profecía "-caminaré entre vosotros, seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo"-.

Todas las miradas, todas sin excepción. Todos los corazones, todos sin excepción. Todas las memorias, todas sin excepción, se lanzan sobre Él. Y Él las acoge todas, sin excepción.

Las miles de gargantas por un instante mudas de emoción, estallan y lanzan sus vítores y aclamaciones al Nazareno.

Tras unos instantes una trompeta inicia el toque de oración. La plaza se queda muda. Los corazones encogidos, los cuellos extendidos, nadie quiere perderse la Bendición de Jesús a su pueblo que se postra de rodillas bajo su protección. Esperamos expectantes, ya no cabe nadie más esperando tu Gracia eterna y apareces Tú, siempre de cara y mirando siempre a tu pueblo, porque solo Tú puedes mirar donde nadie alcanza, buscando entre nosotros a cada uno de nosotros mismos, porque Jesús Nazareno es el mismo de ayer, de hoy y de siempre.

¡¡ Este es el Dios que queremos, el Dios de nuestras familias y el Dios de nuestros hijos, a los que educar en la fe y en la forma de vivirla a través de nuestra cofradía !!

Y poco a poco comienza la Estación. Íntima, personal, inconfesable…

3 comentarios:

  1. Hermosísima entrada. Posiblemente sea la entrada de todas las que he leido que mejor describa esas horas previas a la salida de Nuestro padre Jesús Nazareno por las calles de Linares. Es todo un privilegio poder contar con este colectivo en nuestra semana santa pues hace única y especial la madrugada de los Viernes Santos.

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  2. y que aún haya "gente" que dude del "compromiso" de la Banda con la Hermandad....

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  3. me pareció ver a los romanos del nazareno hacer el pasacalles, no tenéis vídeos.

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